martes, 20 de septiembre de 2011

DEJAR HACER

Es costumbre arraigada, tras los cambios de color político en las administraciones locales, empezar de cero -hacer tabula rasa- en  materia de equipos humanos, proyectos, apoyos a tal o cual iniciativa… Es una actitud hasta cierto punto lógica -y hasta positiva- para quien quiere cambiar las líneas maestras de las políticas locales. Llevarla hasta el extremo, en cambio, entraña el peligro de abandonar líneas de trabajo que estaban dando resultados positivos, sólo por el resquemor de que fueron “los otros” quienes las impulsaron.


Actuar de esa forma, se acerca más al politiqueo barato que a la política entendida como una forma honesta de tratar de resolver los problemas de la ciudadanía.  Sin embargo, en ocasiones,  a los políticos les puede el regate en corto y se dejan llevar por las peleas partidistas pasando por encima de los intereses comunes.