martes, 31 de enero de 2012

BAJO LA LLUVIA

El otro día, esperaba el autobús bajo la lluvia en una de esas paradas que aún no tienen marquesina. Por pasar el rato, me fijé en un gran anuncio a todo color que se exponía justo al lado. El afiche mostraba un limón exprimido hasta la última gota por un martillo metálico. El lema  rezaba: ¡¡exprime tus oportunidades!! Yo  pensé en un  principio que se trataba del mensaje de algún sindicato, que criticaba con humor negro la situación de precariedad de la juventud; pero no, la cosa iba en serio. La oficina municipal de información juvenil, invitaba a los jóvenes a exprimirse  hasta la última gota.

martes, 24 de enero de 2012

EMERGENCIA HUMANITARIA

El término emergencia humanitaria suele aparecer unido a catástrofes que tienen lugar en tierras lejanas, pero, tal y como están las cosas, cada vez es menos exagerado aplicarlo a lo que ocurre en nuestra propia ciudad. La actual situación de desprotección de los MENAS va más allá de la polémica sobre si son o no menores de edad. Hay que decirlo bien claro, el abandono a su suerte de estas personas es síntoma del fracaso de las políticas de inserción social. También de la quiebra con un modelo de protección social humanitaria, que venía funcionando, mal que bien, en Vitoria desde hace mucho tiempo.

lunes, 16 de enero de 2012

HACIA UN NUEVO PARADIGMA ENERGÉTICO


 
Las cuatro “D” de la alternativa energética.

Como sucede en otros ámbitos, la crítica a las políticas energéticas  suele adolecer de alternativas bien estructuradas y desarrolladas. Aunque en el ámbito académico y científico se lleve a cabo un trabajo importante en ese sentido, a menudo desde el movimiento ecologista tenemos dificultades para trasladar esas alternativas a la opinión pública, contando además, en muchas ocasiones, con el rechazo de los grandes medios de comunicación influenciados por los eficientes gabinetes de prensa de las multinacionales de la energía. Este texto trata de esbozar algunas líneas de trabajo sobre las que sería bueno profundizar con rigor.

Una política energética sostenible debería regirse por cuatro principios básicos: Decrecimiento. Descentralización. Diversificación. Democracia.

Cualquier política energética sostenible debería partir de la base de que es absolutamente necesario rebajar sustancialmente nuestros actuales niveles de consumo energético. Como apuntan numerosos autores de la corriente “decrecentista” ello no significa necesariamente reducir nuestra calidad de vida. Necesitamos cambiar nuestro sistema de valores y formas de vida, que equiparan de forma mecánica consumo energético con calidad de vida. Como apuntaba el activista social recientemente fallecido, Dani Wagman: es posible vivir mejor con menos.

martes, 10 de enero de 2012

PANACEA UNIVERSAL

Durante siglos, los alquimistas europeos se dedicaron a buscar un remedio que sirviera para curar cualquier enfermedad. Llamaron a semejante quimera: panacea. Huelga decir que nunca lograron su propósito.
En estos tiempos de crisis y zozobras, los empresarios de la energía, así como sus  técnicos a sueldo, se estrujan las meninges buscando la panacea energética universal. Primero fue la nuclear, hasta que Chernobil y Fukushima enfriaron los ánimos de hasta sus defensores más entusiastas. Bueno, en todas partes menos aquí, donde se prorroga por 7 años la gemela burgalesa de la central nipona.

martes, 3 de enero de 2012

EKAITZ SAMANIEGO

El caso del gasteiztarra Ekaitz Samaniego es un buen ejemplo de que todavía falta un buen trecho por recorrer en el camino de la paz y la normalización política. Él, como las 128 personas encarceladas exclusivamente por su militancia política, es víctima de una situación  que podría parecer superada pero que desgraciadamente no lo está.
El caso de Ekaitz es ejemplificador, porque suma una serie de despropósitos judiciales a los que nos habíamos malacostumbrado antes del fin de la violencia de ETA; pero que, a día de hoy, resultan totalmente absurdos e incomprensibles desde cualquier óptica. Las detenciones preventivas, que enviaron a la cárcel a numerosos jóvenes no por lo que hacían sino por lo que pudieran hacer, nunca fueron de justicia;  pero es que ahora han perdido toda justificación incluso desde el punto de vista del “derecho de excepción” invocado por los tribunales españoles.