En las pasadas elecciones generales,
el electorado vasco ha dejado bien claro que apoya a opciones que se han
manifestado de forma explícita en contra de la actual política penitenciaria; y
a favor de terminar con la excepcionalidad, que justifica la vulneración de
derechos humanos de los presos políticos vascos, así como de sus familiares y
allegados.
Por el contrario, las formaciones
políticas que se han mostrado partidarias de mantener la actual política de
venganza sobre los presos, y el chantaje político a una parte importante de la
sociedad vasca, han sido castigados por el electorado, como es el caso de PP y
Ciudadanos; también posturas “confusas”, como la del PSE, cada vez son menos
entendibles a este lado del Ebro.
Evidentemente, el factor “presos” no
es el único para explicar los resultados de las generales en la CAV y Navarra,
pero sí nos muestra la fotografía clara y contundente de que una inmensa
mayoría de la sociedad vasca está por superar la vieja política penitenciaria,
anclada en un pasado ya superado.
Se trata, además, de una tendencia en
ascenso elección tras elección, y no debería ser ignorada en Madrid por quienes
de verdad aspiran al cambio también en Euskalherria.
Podemos/Ahal Dugu, en los últimos
días de campaña, hizo manifestaciones muy rotundas en el sentido de acabar con
el alejamiento y otras vulneraciones de derechos de los presos políticos
vascos. Ahora es el momento de reafirmarse en ellas si quiere resultar creíble
entre su electorado en Euskalherria.
La manifestación del próximo día 9 de
enero, en Bilbao y Bayona, puede ser un buen momento para que Podemos visualice
su postura en defensa de los derechos humanos de las personas presas a consecuencia
de la violencia política en el País Vasco.
De esa forma, dejará bien sentado que sus declaraciones en
campaña iban más allá del mero electoralismo. Pero, sobre todo, será coherente
con su ADN (desde el 15M) en el que la defensa de todos los derechos para todas
las personas ha sido siempre una de sus señas de identidad.
También otras formaciones políticas
como el PNV, tienen una oportunidad de oro para sumarse en esta ocasión de
forma explícita, o el PSE, partido donde muchos de sus militantes y votantes no
comparten la calculada ambigüedad de sus dirigentes en este tema.
La oportunidad es idónea, pues
quienes organizan la manifestación han dejado bien claro su carácter apartidista, con su llamamiento a que acudan todas las personas por encima de su ideología,
y por la adhesión de personas de distintos ámbitos sociales, políticos,
culturales…
La defensa de los derechos humanos de
todas las personas, sin discriminación
de ningún tipo, debe dejar de lado el debate partidista y convertirse en una reivindicación propia de
cualquier demócrata.
Es evidente que las personas presas a
consecuencia del conflicto violento en el País Vasco están siendo discriminadas
y también vulnerados sus derechos fundamentales, expresados en la legislación
internacional de DDHH y también en muchos casos en la propia legislación
española.
Derecho a ser tratados de manera
digna y humana, incluida la excarcelación de los presos enfermos graves o incurables, poder cumplir condena en cárceles cercanas a su lugar de origen, su derecho a la progresión de grado
penitenciario por estudios, trabajo… como
hacen el resto de los reclusos, entre otras conculcaciones flagrantes.
Desde numerosas instancias
internacionales, tanto judiciales como políticas, prestigiosas ONGS en defensa
de los DDHH… vienen apuntando en este
sentido hace mucho tiempo, recibiendo la callada por respuesta de las
autoridades españolas.
El cambio en el Estado español, no lo
será si no se atiende a esta cuestión de manera urgente y decidida, o cuando
menos será un cambio que carecerá de
cualquier credibilidad en Euskalherria.
Este próximo sábado Bilbao y Bayona
serán un reflejo y un termómetro de cómo se posiciona cada cual en este asunto.
Juan
Ibarrondo
Escritor.
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