MANIFIESTO INTEGRO DE LA INICIATIVA TANTAZ TANTA.
La
operación policial contra la asociación en defensa de los derechos de las
personas presas, HERRIRA, supuso -además de una injusticia manifiesta- la
constatación de que es imposible poner puertas al campo.
HERRIRA,
es algo más que un grupo de activistas de los derechos humanos, es la superficie
visible de un mar profundo: pleno de anhelos de justicia y deseos de paz.
Un
mar surcado por corrientes submarinas, que se mueven a distintas velocidades y
diferentes profundidades, pero en una misma dirección: la resolución del
conflicto y una paz con derechos para todas y todos. Incluidos, como no puede ser de otra forma,
los derechos de las personas presas por
actos de motivación política. Derechos ahora conculcados de forma grave.
La
resolución del conflicto exige -además de la voluntad política de solucionarlo-
abordar las consecuencias del mismo desde el mayor consenso social posible. En
ese sentido, la labor de HERRIRA ha sido considerable y tenaz, pues la búsqueda
de mínimos comunes y de consensos sociales ha sido la guía de su actuación
estos años.
Tal
vez por ello, quienes no están interesados en que la paz se afiance, la
eligieron como objetivo de su desmesurada actuación. Sabían que tocando a
HERRIRA tocaban un nervio sensible de la sociedad vasca.
Con
lo que no contaban, en cambio, era con la madurez política de esta sociedad para
dar una respuesta contundente -pero también serena, plural y pacífica- a una
actuación: desquiciada, violenta, y atentatoria contra los derechos civiles y políticos de los
detenidos.
Un
mar compuesto de innumerables gotas de agua fresca fue la respuesta en las
calles de Bilbao; y, como sabemos desde antiguo, no es posible vaciar el mar
con una concha, ni doblegar la firme voluntad de un pueblo desde la sinrazón de
la fuerza.
Así,
que aquí estamos, de nuevo, dispuestos a dar testimonio y tomar relevo.
El
pasado lunes, la Corte Europea de Derechos Humanos, dictaminó la ilegalidad de
una de las vulneraciones de derechos
humanos contra personas que continúan -a día de hoy- encarceladas a pesar de haber cumplido sus
condenas.
De
no cambiar el gobierno la política penitenciaria de excepción, a buen seguro,
esta resolución no será la última. Ni por parte de este tribunal ni de otras instancias internacionales.
También
respecto a otros asuntos, como -por ejemplo- el incumplimiento flagrante de las
recomendaciones de Naciones Unidas, la UE, y la propia legislación
penitenciaria española, para que las
personas presas cumplan sus penas en cárceles cercanas a sus lugares de origen.
Entre
la comunidad internacional, incluidas cada vez más voces del estado español, se
extiende una constatación ya asumida por la inmensa mayoría de la sociedad
vasca: No son de recibo medidas excepcionales -que vulneran los derechos humanos
de las personas presas- tras dos
años del cese definitivo de la actuación
armada de ETA. Por el contrario, esta
nueva situación exige pasos hacia la distensión y la paz. El respeto a los
derechos humanos de las personas presas es un mínimo inexcusable en ese
sentido.
Por
ello, hemos elegido la ciudad de Gernika -símbolo de la paz y las libertades-
para continuar un camino que conduzca a la resolución del conflicto, a una paz con
derechos para todas y todos, a una paz sin vencedores ni vencidos.
El acto, público y popular, que da comienzo a esta
nueva andadura, tendrá lugar el próximo nueve de noviembre, en un lugar de Gernika muy especial por su
significado: la que fue antigua fábrica de armas ASTRA, hoy reconvertida por la
sociedad civil -de forma horizontal y autogestionada- en fábrica social para la cultura.
Un lugar que habla por si mismo para expresar nuestros
sentimientos, razones y anhelos.
De allí, arrancara un camino que continuará el próximo
enero en las calles de Bilbao, donde -una vez más- decenas de miles de gotas
desbordarán las calles de Bilbao en un mar de esperanza. Decenas de miles de
voluntades que renovarán -como las nieves renuevan cada año su compromiso con
la primavera- nuestro compromiso por los
derechos humanos, la resolución y la paz:
¡¡Euskal presoak Euskal Herrira!!