domingo, 12 de enero de 2014

DESPEDIDA TANTAZ TANTA

A pesar de diques judiciales, compuertas mediáticas cerradas, y trasvases malintencionados. 


No hay puertas para este mar

Texto de: Amets Martinez

La despedida de la iniciativa Tantaz Tanta tuvo que ser precipitada. Nos prohibieron la movilización, nos impidieron seguir hablando con la sociedad. Y yo, personalmente como gota, me he quedado con las ganas de cerrar con todos y todas este capítulo de nuestras vidas.
A lo largo de estos meses he sido uno de los portavoces de la iniciativa, y más bien porque me ha tocado, no porque yo sea alguien especial. Decidí ser parte de Tantaz Tanta porque me parecía el momento de que todas nos impliquemos para sacar adelante este país. Lo mismo hicieron miles de personas más, y gota a gota fuimos levantando el tsunami.


En estas semanas ha sido muy emocionante ver cómo aquel primer manantial de Gernika se iba convirtiendo en la mayor ola político-social por los derechos de los presos y presas de los últimos años. Y eso ha sido un triunfo de la ciudadanía, de nosotros y nosotras, del montón de gente que ha decidido hacerse protagonista para empezar a cambiar las cosas.
Esa es la primera idea que quiero subrayar: es posible cambiar las cosas. Nuestro acierto ha sido no quedarnos impasibles ante el bloqueo del proceso de paz, hemos decidido ser parte activa de la solución, y está claro que hemos generado algo nuevo.
La segunda idea es tan importante como la anterior: para cambiar las cosas, hemos de empezar por cambiar nosotras mismas.
Como dijimos en la nota de prensa del viernes, lo importante de Tantaz Tanta no era la manifestación, ni un logotipo, ni las personas que hemos promovido esta iniciativa. El objetivo era extender una nueva filosofía de trabajo.
Fue una pena no poder hacer el mar de Bilbo, porque iba a ser impresionante. Pero bueno, lo cierto es que ahora todas y cada una de nosotras ya sabemos que somos gota, y que podemos mojar. Creo que es una filosofía en la que hay que seguir profundizando, pero nos deja ya varias características que van marcando un camino.
La activación social es la llave. En este momento es la ciudadanía es la que puede desbloquear la situación, mediante la adhesión mayoritaria a unos principios básicos de convivencia.
La acción social es más eficaz cuando es realmente social. Ha sido admirable el tesón con el que nos han querido colocar etiquetas, pero creo que hemos sido muy escrupulosos a la hora de garantizar la pluralidad de la iniciativa. También acertamos al no pedir adhesiones de partidos o sindicatos, y centrar la iniciativa en recoger apoyos personales. Eso ha hecho que Tantaz Tanta haya sido un fenómeno ciudadano, realmente transversal y con un apoyo absolutamente mayoritario.
Otra clave es acertar en los objetivos. Nosotras nos marcamos como meta terminar con la dispersión, que es donde creemos que está la urgencia, y nos propusimos hacer fuerza todas en el mismo punto. Y no es que cuando acabe la dispersión nos vayamos a quedar conformes, o que cada una de nosotras no pueda tener sus opciones políticas personales, pero pensamos que lo que une el mar en este momento es la repatriación de los presos y presas políticas. Y es algo que estamos tocando con la punta de los dedos.
• Es importante ser imaginativas, y creemos que ha llegado la hora de reinventar muchos conceptos de movilización. Estamos apostando por articular mayorías, y para ello es necesario crear un espacio atractivo en el que quepa esa mayoría.
• Fomentemos la participación. Lo más bonito de esta campaña ha sido la cantidad de gotas que la han alimentado. Tantaz Tanta ha sido de todas nosotras, y por eso se extendido por toda la sociedad. Empezando por las imaginativas y exitosas iniciativas que habéis puesto en marcha en pueblos y barrios; pasando por todos los artistas, profesionales y voluntarios que habéis puesto vuestra gota; recordando también los incontables diseños que hemos recibido o el festival de vídeos en que se han convertido las redes sociales. El HT #NiBanoa, por ejemplo, no surgió de la cuenta de twitter de Tantaz Tanta, sino de la gente, y en unos minutos se convirtió en una explosión social, dejando claro que a esas alturas ya nadie podía evitar que las calles de Bilbo se llenaran de gotas.
Necesitamos ilusión. A pesar de las gravísimas noticias que se han ido produciendo, y con toda la rabia contenida, nos hemos esforzado por no perder la sonrisa. Ilusionándonos, hemos ilusionado a la gente de nuestro alrededor, y así, en un efecto exponencial, hoy somos decenas de miles de personas ilusionadas y creyendo en nosotras mismas.
• Trabajemos en positivo. No vamos contra nadie, sino a favor de lo que piensa la mayoría social. Y tampoco nos limitamos a estar en contra de ciertas cosas, sino que nos esforzamos por cambiarlas. Dentro de esa perspectiva, es más eficaz un mensaje que llame a terminar con la dispersión a otro que simplemente se posicione en contra de ella. A favor de o en contra de, y nosotras siempre a favor.
En definitiva, creemos que Tantaz Tanta ha cumplido sus objetivos, y que lo más prudente es dar por terminada la iniciativa. Nunca hemos tenido voluntad de ocupar el sitio de nadie, ni de convertirnos en un movimiento al uso. Hemos sido un empujón en un momento necesario, y hemos querido poner encima de la mesa una nueva filosofía de trabajo.
Ahora corresponde a todas las gotas de este país pensar en cómo nos organizamos, cómo nos seguimos ilusionando, qué podemos hacer en cada pueblo y en cada sector social para mejorar las cosas. Porque hemos visto que podemos, y que no hay puertas para este mar.


Amets Martinez Moreno, gota