lunes, 29 de abril de 2013

DIVAGACIONES SOBRE UNA PRIMAVERA QUE NO LLEGA (2)



Dèjá vu en la sierra de Madrid.

En el horizonte, compitiendo en tamaño con la cruz del Valle de Los Caídos, se adivinan dos moles de cemento, cristal y acero. Desde mi posición, parecen más altas que las montañas que me rodean.

Pinos, encinas y sabinas rodean miles de adosados; junto a  mansiones -igual de feas- donde perros enormes ladran a los escasos viandantes: emigrantes congelados, que pasan deprisa, subiéndose las solapas con gesto protector.

La nieva baja de las cumbres traída por el viento, se acumula sobre automóviles de alta gama; los almendros desflorados  se blanquean como capitales fugitivos.  

El ferrocarril atraviesa la sierra: dejando chachas provistas de gorro y bufanda; recogiendo oficinistas con sueño y moquita colgando.

Un grupo de niños juega junto a las vías, entre hierros oxidados, piedras de colores, y una oveja churra que -ajena a todo-  pasta la hierba rala y marrón.

No se muy bien por qué, recuerdo un cuadro de Goya, ese terrible en que Saturno devora a uno de sus hijos.

Luego,  me veo a mí mismo en un momento de la niñez; recogiendo minerales con mi abuelo, junto a las vías de otro tren, uno más lento y amable. Sé perfectamente qué es lo que tengo que hacer.

Introduzco la mano en el bolsillo del pantalón y saco una moneda de euro. Me acerco a la vía ante la mirada curiosa de los niños, que me rodean expectantes.

De la oscuridad del túnel surge Saturno, el monstruo. Ruge como una locomotora y se acerca hacia donde estamos a gran velocidad.

Me agacho sobre la vía y coloco la moneda sobre uno de los raíles de metal. Me retiro justo a tiempo.  

El tren pasa en un suspiro, me acerco a la vía, recojo la moneda: aplanada, extensa, fuera de curso legal. Los niños me miran, se acercan…

Les entrego la moneda. Parece gustarles. Sonrío. Al menos con ésta no podrán comprar chuches, me digo aliviado.

La niebla -o tal vez sea el smog- cubre las torres gemelas, las hace desaparecer, al menos por un instante, quitándolas de mi vista.