El inspector Belin recorría las afueras de París en su
discreto automóvil Renault. A pesar de sus muchos años de servicio en la calle
se había perdido.
─Demasiado tiempo calentando sillas. ─Se dijo mientras
conectaba el GPS. Nunca le había gustado aquel chisme pero fue gracias a él que
finalmente encontró el lugar que buscaba.