martes, 3 de abril de 2012

HÉROES


No me gustaría simplificar -ni mucho menos trivializar- sobre este asunto; pero, si observamos atentamente ciertos acontecimientos luctuosos que han sucedido últimamente, encontramos motivos y contextos muy distintos con un mismo modus operandi. En Noruega, un joven neonazi disfrazado de policía asesina a numerosos adolescentes; en Afganistán, un joven soldado norteamericano va casa por casa asesinando civiles, como el ángel de la muerte; en Toulouse, un joven islamista asesina niños judíos a la salida de un colegio… 

Difícilmente se pueden encontrar personas de tan distinto origen, en países tan diferentes y con motivaciones tan opuestas… y sin embargo en los tres casos nos parece estar asistiendo a un video juego, o a una película de acción para adolescentes. Una de las miles de películas que -atravesando fronteras e ideologías- fascinan a millones de jóvenes en todo el mundo. Nos recuerda también a otros sucesos, comunes sobre todo en Estados Unidos, el país campeón en la producción y difusión de contenidos audiovisuales. Una suerte de realidad virtual que alucina -en sentido literal- a no pocos de sus receptores.
El filósofo Paúl Virilio, avisa de que toda tecnología lleva implícito su accidente; y en el caso de la virtualización de la realidad, habla “del preocupante aumento de accidentes íntimos”. La realizadora Lolo Rico, también alertaba, hace ya años, de la enorme cantidad de episodios de violencia gratuita que ven los niños por televisión. Aunque quizá lo más preocupante no sean los contenidos violentos en sí, sino que el sistema priva a muchos de estos jóvenes de mecanismos de defensa que les permitan delimitar claramente la ficción y la realidad. Les priva del derecho a una educación de calidad y les arrebata la memoria histórica. Viven así en un eterno presente. Un presente virtualizado donde todos quieren ser los héroes de la película.