Busco en la basura algo mejor/ busco en
la basura algo nuevo… Cantaba el
grupo punk Eskorbuto. Tradicionalmente hemos considerado la basura como algo de lo que desprenderse. Sin embargo, la gestión de la basura tiene
gran importancia, pues los residuos no son meros excedentes sino parte del
ciclo ecológico. En la naturaleza se produce un reciclaje natural de los
residuos, algo que las sociedades tradicionales imitaron, por ejemplo, abonando
los campos con los excrementos del ganado. Las sociedades modernas, en cambio,
desajustan de forma notable el equilibrio de esos ciclos naturales provocando
que la basura se convierta en un grave problema.
Afortunadamente,
poco a poco, se va dando una toma de conciencia sobre la importancia de una
gestión sostenible de los residuos. Recientemente, hemos asistido a dos
iniciativas muy interesantes que van en esa dirección. La primera en Gipuzkoa,
con la implantación del sistema de recogida selectiva de basuras Atez ate, que consigue reciclar entre el
70% y el 80% de los residuos frente,
por ejemplo, al 23% de la flamante green
capital. La segunda, la que promueven los concejos alaveses para una
utilización más eficiente de las suertes de leña, iniciada en Okina. Las dos
surgen de municipios pequeños, con un alto grado de cohesión social y con
formas desarrolladas de participación popular en la gestión del común.
Por
desgracia, buena parte de la clase política sigue anclada en la idea de
esconder la basura debajo de la alfombra: la basura da mala imagen, dicen
algunos de los opositores al sistema Atez
Ate. También se critica la obligatoriedad del sistema y su incomodidad.
Algo que a nadie en su sano juicio se le ocurría decir, por ejemplo, del código
de circulación o la recaudación de impuestos. Ante estas opiniones del pasado,
el futuro exige repensar la basura no
como problema sino como solución.