INTERVENCIÓN EN RUEDA DE PRENSA DE HERRIRA
Hoy,
aprovechando que esta rueda de prensa se celebra en Vitoria, quisiera comenzar
mi intervención citando a un gran jurista ligado a esta ciudad y nada sospechoso
de extremismo:
“Si el juez, no guardando el orden del derecho, obtuviese a
fuerza de tormentos la confesión del reo, no podría condenarlo, porque obrando
así no es juez”
La frase la escribió en el siglo XVI Francisco de Vitoria, uno
de los fundadores del derecho internacional, y también un firme defensor de los
derechos humanos.
Porque, precisamente, eso es lo que demandaron el pasado sábado
las miles de personas que salieron a las calles de Euskalherria: el respeto a
los derechos de las presas y presos vascos, nada más pero tampoco nada
menos.
Porque también supone un tormento, como el que refiere el
dominico Vitoria: mantener en prisión a personas enfermas; obligar a los
familiares de los encarcelados a recorrer cientos de kilómetros para visitar a
sus allegados; establecer la cadena perpetua de facto; no cumplir la legalidad
y no conceder el tercer grado
penitenciario a quienes han cumplido tres cuartas partes de la condena…
Porque mantener una legislación de excepción en tiempos de paz,
va en contra de una larga tradición humanista europea; que es, sin duda, una de
las bases fundamentales de la democracia garantista.
Porque tratar a las personas presas como rehenes, y no como
sujetos de derecho, va radicalmente en contra de esos fundamentos.
Porque estas medidas de excepción suponen, también, una apuesta por la guerra, frente a
las ansias de paz y la apuesta por el diálogo
de la inmensa mayoría de la sociedad vasca.
Porque los ciudadanos y ciudadanas de este país ansían un acuerdo que cierre un pasado de
violencia, y apuestan por un futuro de paz y de justicia. Un acuerdo que debe
basarse en el escrupuloso respeto a los derechos humanos individuales y
colectivos.
Porque, en suma, lo que
las personas de toda clase y
condición que el sábado abarrotaron las plazas pedían es la paz y la palabra para nuestro pueblo.
Izan ere, kaleetan jarraituko dugu helburu horiek lortu arte,
eta preso eta gizarte osoaren eskubideak irabazi arte.
Bukatzeko, une gogor honetan, Benito Juarez mexikarrak esan
zituen hitzak gogora etortzen zaizkit: "Entre las naciones y los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz".