lunes, 4 de junio de 2012

ASTRONOMÍA Y POLÍTICA VASCA.


Hoy, confiando en el sentido del humor de la audiencia de Hala Bedi, me permitiré frivolizar un poco con un tema de habitual tan serio como la política vasca.
En la galaxia soberanista vasca existen dos sistemas estelares principales: el sistema solar partidario y el sistema solar sindical.
El primero, el sistema solar partidario,  lo forma un estrella nova -o supernova según que fuentes consultemos- alrededor de la cual giran cuerpos celestes menores, más o menos alejados de la estrella principal, que tiende a atraerlos hacia sí gracias a su masa crítica mayor.

En el sistema solar sindical, en cambio, existen dos estrellas cuasi gemelas -pues una es algo mayor que la otra- que se atraen entre sí o se repelen según las órbitas por donde transitan. Alrededor de las dos gemelas desiguales, orbitan, a mayor o menor distancia: cometas, asteroides y estrellas enanas con cierta autonomía orbital.
Esta diferencia entre los dos sistemas provoca disfunciones en el conjunto de la galaxia, que pueden poner en peligro su estabilidad cósmica. Porque, al contrario de lo que pensaban los astrónomos de la antigüedad -en su idea de la armonía de las esferas celestes- hoy sabemos que el universo cambia continuamente y podrían ocurrir fenómenos imprevistos, según asegura por lo menos la teoría del caos. Incluso, según la teoría quántica, puede suceder que un cuerpo celeste, al igual que las partículas elementales que lo forman, esté en dos sitios a la vez. De forma que podría pasar de todo: que las dos estrellas sindicales se fusionen en una nova, que colisionen entre sí y formen un agujero negro, o vaya usted a saber que más.
En el otro sistema, el solar partidario, a pesar de su aparente estabilidad, las posibilidades también tienden al infinito: tal vez las estrellas enanas ganen masa y provoquen desajustes en la órbita de la nova mayor, o puede que se alejen unas de otras en órbitas cada vez más lejanas, o también -como en el caso anterior- que colisionen y provoquen un agujero de gusano que distorsione el espacio tiempo de la política.
Mientras tanto, en una galaxia muy muy cercana, hace tiempo que un gran agujero negro se expande por el espacio. Un agujero negro, que, como sabemos desde que Stephen Hawking lo explicó desde su super-silla de ruedas computerizada, tiende a absorber cualquier objeto que se acerque a su centro de gravedad; y que, una vez atrapado de esa forma, ni siquiera la luz es capaz de escapar de él.